Jugar a conquistar me parece uno de los juegos más divertidos e inquietantes que existen. Conquistar es un arte y no cualquiera puede hacerlo.
Dar y quitar.
A mi lo que me gusta es que me conquisten y observar las pericias de mi pareja de juegos.
No vale cualquier tipo de conquista, no una directa, la mejor es la que se hace lentamente, elegante, con sus tácticas bien pensadas. Esa que va tan despacio que provoca dolor y placer a la vez, la que no te deja pensar en otra cosa más que en el momento en el que caeré finalmente engatusada.
